Hoy vamos a tratar en el blog un concepto de gran importancia a la hora de hablar de seguridad contra incendios en edificación. El objetivo al evaluar la reacción frente al fuego de los materiales o productos es comprobar cuál es la potencial contribución y el comportamiento de dichos materiales en caso de incendio.
Mediante ensayos controlados, se reproducen las características que se darían en un supuesto escenario de incendio desde los primeros conatos hasta el desarrollo del mismo, incluyendo la simulación de factores externos de vital importancia como el viento.
Los ensayos de reacción al fuego miden la caída de partículas inflamadas, la emisión de calor, emisión de humos, propagación de llamas o los incrementos de temperaturas.
Clasificación de los materiales según su reacción frente al fuego
Los productos o materiales se clasifican según su reacción al fuego son normalmente clasificados de acuerdo a la norma UNE-EN 13501-1 (paredes, techos, aislamientos térmico lineal) y UNE-EN 13501-5 (cubiertas expuesta a un fuego externo).
Esta normativa internacional se recoge en la normativa nacional del Reglamento de Seguridad contra Incendios en Establecimientos Industriales (RSCIEI) y el Documento Básico de Seguridad en caso de Incendio del Código Técnico de la Edificación (CTE DB SI) donde se marcan los requisitos mínimos que deben cumplir los productos y materiales en relación a la reacción frente al fuego, una cuestión fundamental en la prevención de incendios. Las exigencias no siempre serán las mismas ya que dependerán del tipo de uso del edificio y de la zona donde vaya a ser instalado.
Además, hay que tener el cuenta que aunque los materiales tengan el marcado CE, no significa que cumplan con los requisitos marcados por la legislación española en materia de reacción al fuego. El marcado CE únicamente significa que cumple con los requisitos mínimos de la norma europea de producto armonizada, pero deberá comprobarse que cumple con lo establecido en cada país (que pueden ser unos estándares superiores).
